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La voclosporina

La voclosporina

Publicado el: 23/05/2022

Modificado el: 03/02/2024

Índice

La voclosporina, un tratamiento en investigación para la nefritis lúpica, ha superado con éxito la fase III del ensayo clínico y ha sido aprobado por la FDA para su uso en el tratamiento en adultos.

Aunque aún tendremos que esperar para que sea aprobada por las autoridades reguladoras europeas (EMA), las noticias no podrían ser mejores y, es por ello, que queremos hablaros de la voclosporina.

¿Qué es la nefritis lúpica?

La nefritis lúpica es el término por el que se denomina a la afectación de los riñones provocada por el lupus. Aunque puede afectar a cualquier órgano y tejido del organismo, el lupus parece tener una especial predilección por el riñón. De hecho, y según las estadísticas, el 35-50% de pacientes de lupus sufrirán nefritis lúpica, tal y como os comentamos en el artículo que escribimos por el día mundial del trasplante.

Las buenas noticias son que, gracias a los tratamientos y al estrecho seguimiento que realizan los especialistas, la mayoría de estos pacientes podrán tener una vida normal.

Ante la lógica preocupación que los pacientes de lupus muestran ante la posibilidad del daño renal, nos parece importante decir que hay muchos modos en que el lupus afecta a los riñones. Si este tema te preocupa, habla con tu médico y pregunta de qué síntomas de afectación renal debes estar pendiente (y qué debes hacer en caso de que aparezcan).

Asimismo, nos parece de vital importancia hacer hincapié en la necesidad de acudir a las revisiones médicas, puesto que la enfermedad renal es, con frecuencia, silenciosa y es necesario diagnosticarla en sus inicios para tener un buen pronóstico.

¿Qué es la voclosporina?

La voclosporina es un tipo de inmunosupresor inhibidor de la calcineurina, una enzima responsable de la activación de la citocina interleucina IL-2. Recordemos que las citocinas son las causantes de la inflamación y en pacientes con lupus se ha comprobado que sus niveles son más elevados que en personas sanas al tener el sistema inmune exacerbado.

Por tanto, es de esperar que, si reducimos las citocinas, el lupus podría mejorar. Y, aunque hay muchos tipos de citocinas, la voclosporina va a actuar inhibiendo la activación de la IL-2.

¿Cómo actúa la voclosporina?

El sistema inmune es muy complejo y se activa por diferentes vías y en cascada. Por tanto, los distintos tratamientos tienen por objeto las distintas vías de señalización y el bloqueo de tipos específicos de citocinas, de las cuales existen más de 20, agrupadas en 5 familias: interferones (IFN), interleucinas (IL), factores de necrosis tumoral (TNF), los factores estimulados de colonias (CSF) y las quimocinas.

Hace unas semanas, por ejemplo, vimos que el anifrolumab actúa sobre el interferón IFN-1, que también se ha demostrado que se encuentra en niveles elevados en pacientes de lupus, especialmente en los más activos.

La ciclosporina y el tacrolimus, por otro lado, son tratamientos que actúan del mismo modo que la voclosporina, aunque la voclosporina parece estar demostrando ser más potente para evitar el rechazo en trasplantes y menos dañina (en cuanto a efectos adversos se refiere) que otros tratamientos que con frecuencia se usan en la nefritis lúpica.

¿Cómo se administra la voclosporina?

La voclosporina es un fármaco que se administra en forma oral (en pastillas), en combinación con micofenolato y corticoesteroides y nunca junto a ciclofosfamida. La dosis recomendada al comienzo del tratamiento, según el artículo publicado por Young‐A Heo en Drugs, en marzo de 2021, es de 23.7 mg dos veces al día, con una separación entre toma y toma de 12 h (8 h, como mínimo). La pastilla debe tragarse entera y con el estómago vacío. 

Si te preguntas el porqué, te diremos que se debe a la farmacocinética (el modo en que el medicamento actúa en el organismo). En el caso de la voclosporina, los estudios han demostrado que la máxima concentración de voclosporina en el organismo se alcanza en 1-4 horas siempre que nos la tomemos con el estómago vacío. Así pues, ya sabemos por qué, a veces, nuestros médicos nos dan ciertas indicaciones. Lejos de ser simples «caprichos», son consejos para que la medicación sea más eficaz. 

La dosis de la voclosporina se ajusta en base a la tasa de filtración glomerular (TFG), que será evaluada antes de comenzar el tratamiento y cada 2 semanas durante el primer mes tras el inicio de éste. A partir del segundo mes de tratamiento, la TFG se revisará cada 4 semanas con la finalidad de ajustar las dosis cuando sea oportuno. 

La TFG es una prueba que se hace en sangre y que estima cuánta sangre pasa por minuto a través de los filtros de los riñones y es el mejor índice de función renal. De este modo, se podrá ajustar la dosis cuando sea necesario a la vez que comprueban la evolución de los riñones. La presión sanguínea también deberá ser comprobada antes de pautar voclosporina y se revisará con una determinada frecuencia. 

Hay más consideraciones de las que podríamos hablar, pero creemos que es cometido de los especialistas dar esta información a los pacientes. Nuestro único objetivo, como asociación, es el de mantener a la población informada sobre los posibles tratamientos para que puedan comentarlos con su médico y, juntos, tomar decisiones conjuntas. La relación médico-paciente es fundamental para el buen manejo del lupus y de cualquier enfermedad.

¿Qué posibles efectos adversos tiene la voclosporina?

La voclosporina, en general, es segura y bien tolerada, según los ensayos clínicos. Los efectos adversos que se observaron con más frecuencia fueron descenso en la tasa de filtrado glomerular (deterioro de la función renal), diarrea, hipertensión, dolor de cabeza, anemia, tos e infección del tracto urinario (ITU). 

Como siempre, consulta con tu médico cualquier duda o preocupación que tengas en relación a tu tratamiento. Es importante para tener adherencia al tratamiento. 

¿Cuáles fueron los resultados de la fase III del ensayo clínico?

Conocida por nuestros médicos como AURORA I, tuvo como objetivo evaluar el efecto de la voclosporina, en combinación con micofenolato y bolos de metilprednisolona (que luego serían modificados por dosis decrecientes de corticoesteroides hasta llegar a los 2,5 mg/día), en la actividad de la nefritis lúpica durante un periodo de 52 semanas.

357 pacientes con nefritis lúpica activa de las clases III, IV y V participaron en el estudio y fueron divididos en dos grupos de 179 y 178 pacientes, respectivamente. Al grupo de 179 pacientes se le administró 23,7 mg de voclosporina dos veces al día, además de micofenolato y metilprednisolona. Al otro grupo se le administró placebo, además de micofenolato y corticoides.

Pasadas 52 semanas, se comprobó que el 40,8% de los pacientes que recibieron voclosporina habían alcanzado una respuesta renal completa frente al 22,5% en el grupo placebo.

Para este estudio, se definió la respuesta renal completa como en base al cociente proteinuria/creatinina <0,5 mg/mg y una tasa de filtrado glomerular > 60 mL/min, mantenimiento de dosis baja de corticoides y no añadir medicación de rescate.

A fecha de publicación de este artículo, está en marcha el estudio AURORA II, que es una extensión de la fase III (AURORA I) cuyo objetivo es evaluar la seguridad y tolerabilidad de la voclosporina a largo plazo (104 semanas). 

¿En qué estado se encuentra la voclosporina?

En enero de 2021, a raíz de los buenos resultados obtenidos en los ensayos clínicos en fase II y III, la FDA aprobó su uso en el tratamiento de la nefritis lúpica en adultos, en combinación con otros tratamientos inmunosupresores. Se trata de la primera vez que un tratamiento oral es aprobado por las autoridades reguladoras para el tratamiento de la nefritis lúpica. 

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Artículo revisado en septiembre de 2022

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Licenciada en Economía y autora del blog Tu Lupus Es Mi Lupus.
EUPATI fellow.
Community manager en Lupus Europe, AMELyA Lupus Madrid, ACOLU Lupus Córdoba y SAF España.
Redactora web en AMELyA Lupus Madrid y en SAF España.

Revisado por el Dr. Gil Aguado
Asesor médico de AMELyA Lupus Madrid | + posts

El Dr. Antonio Gil Aguado es médico internista especializado en enfermedades autoinmunes sistémicas.

 

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